jueves, 30 de junio de 2011

José Emilio Pacheco

José Emilio Pacheco nació en Ciudad de México el 30 de junio de 1939. Así que hoy cumple setenta y dos años. No se me ocurre mejor forma de celebrarlo que con sus versos. Como aquel poema muy muy breve, titulado “Definición”, que dice: “La luz: la piel del mundo”. O como el que copio a continuación:

Mar eterno

Digamos que no tiene comienzo el mar:
empieza en donde lo hallas por vez primera
y te sale al encuentro por todas partes.

miércoles, 29 de junio de 2011

Blas de Otero († 29 de junio de 1979)

Penúltima palabra

Dentro de poco moriré.
El zafarrancho de mi vida
toca a su fin. El alma está partida, 
y el cuerpo a punto de partir. Lo sé.


Amé la vida, sin embargo.
Bien sabes tú que la amé mucho.
Aunque me expulsen de la vida, lucho
aún. Ancho el amor y el dolor largo.

Veo los ríos, me conmueven.
Contemplo un árbol, quedo absorto.
El mar inmenso me parece corto
de luces frente a muertos que se mueven.

He caminado junto al hombre.
Participé en sus arduas luchas.
Muchos han sido los fracasos; muchas
más las conquistas que no tienen nombre.

Dentro de poco moriré.
Aquí está todo mi equipaje.
Cuatro libros, dos lápices, un traje
y un ayer hecho polvo que aventé.

Esto fue todo. No me quejo.
Sé que he vivido intensamente.
(Demasiado intensamente.) Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo.

martes, 28 de junio de 2011

Joan Margarit y Barcelona

Hace ya algunos años, la revista digital El coloquio de los perros dedicó un número monográfico a Joan Margarit. Lo coordinaron Antonio Lafarque y Juan de Dios García, y yo colaboré con un sencillo texto sobre la relación entre este poeta catalán y la ciudad de Barcelona.

Si os apatece leerlo, haced click aquí.

lunes, 27 de junio de 2011

Rafael Fombellida

Higos por la merced
para Josep M. Rodríguez                                  

En el suelo, un puñado
de higos madrugadores
revueltos sin mirar. Estás tendido
sobre perfolla rubia de maíz. Perezosa
se agudiza tu sangre al caldo del sobrado.

Con mínima presión, entre el pulgar y el índice 
revientan las cabezas diminutas
su delicado encéfalo recubierto de sombra,
su pezón embutido de dulzura.

Buena merced el fruto acostado en la boca,
la breva de San Juan, el higo setembrino,
la mora dándose sin armonía.
Jubiloso lugar que, en su tejido, envuelve
de un músculo menudo,
su madrigal de vida.

Segrega el ofrecido seno abierto
un alma blanda, franca leche, gotas
cuajadas en su ampolla.
Dormita todo
alrededor, las bestias encerradas,
la humedad inconsciente de la hembra,
acero derretido bajo un tejado al sol.

La suerte te bendice.
Lleva al tacto
las disímiles drupas, y a la cruz
de tu garganta, el núcleo mordido.

Y vuelve a ser mortal probando el fruto
donado sin querer
y degustado sin merecimiento.

(en Canción oscura, Pre-Textos, Valencia, 2007)

domingo, 26 de junio de 2011

Leopoldo Marechal († 26 de junio de 1970)

De la adolescente

Entre mujeres alta ya, la niña
quiere llamarse Viento.
Y el mundo es una rama que se dobla
casi junto a sus manos,
y la niña quisiera
tener filos de viento.

Pero no es hora, y ríe
ya entre mujeres alta:
sus dedos no soltaron todavía
el nudo de la guerra
ni su palabra inauguró en las vivas
regiones de dolor, campos de gozo.
Su boca está cerrada
junto a las grandes aguas.

Y dicen los varones:
“Elogios impacientes la maduran:
cuando se llame Viento
nos tocará su mano
repleta de castigos.”

Y las mujeres dicen:
“Nadie quebró su risa:
maneras de rayar le enseñaron los días.”

La niña entre alabanzas amanece:
cantado es su verdor,
increíble su muerte.

sábado, 25 de junio de 2011

Philippe Halsman († 25 de junio de 1979)

Hoy tenía pensado darme ese día de descanso que me he acostumbrado a tener cada mes. Pero no me he podido resistir a homenajear al gran P. H., uno de los retratistas más personales de la historia de la fotografía. Sirva de ejemplo (en sintonía con la foto de ayer de Imogen Cunningham) el vuelo de Audrey, el de Marilyn o el de los dos de abajo: Dean Martin y Jerry Lewis.


viernes, 24 de junio de 2011

Imogen Cunningham


Three Dancers, 1929

Imogen Cunningham compró su primera cámara fotográfica con apenas dieciocho años. Pero pronto se cansó de ella y acabó vendiéndosela a un amigo. Sin embargo, al poco tiempo descubrió la obra de Gertrudis Käsebier y fue entonces cuando realmente empezó la carrera artística de una de las fotógrafas más determinantes del siglo XX. Por su talento. Por su dilatada trayectoria. Por su inconformismo o afán de renovación. Suele atribuirse a Mahatma Gandhi una frase que describe perfectamente la mentalidad de Cunningham: vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir para siempre. Porque ella no dejó de aprender hasta el día de su muerte. El 24 de junio de 1976.

jueves, 23 de junio de 2011

Masaoka Shiki

Cerezo en flor.
La brisa mueve un pétalo
y luego otro...

trad. Josep M. Rodríguez, en Robador de Europa, núm. 5 (noviembre 2007)

miércoles, 22 de junio de 2011

Pere Gimferrer

Pere Gimferrer nació en Barcelona hoy hace sesenta y seis años, es decir, el 22 de junio de 1945. Como ya hice con Joan Margarit (haz click aquí para recordarlo), aprovecho que cumple años para recordar uno de sus poemas.

Arde el mar

Oh ser un capitán de quince años
viejo lobo marino las velas desplegadas
las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazas
las pipas humeantes de los armadores pintados al óleo
las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el cielo de zinc
los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo en las aguas

con sordo estampido
el humo en los cafetines
Dick Tracy los cristales empañados la música zíngara
los relatos de pulpos serpientes y ballenas
de oro enterrado y de filibusteros
Un mascarón de proa el viejo dios Neptuno
Una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar bajo los
cocoteros

martes, 21 de junio de 2011

"Abierto", de Juan Marqués

En la entrada de ayer hice un balance inicial de cómo y por dónde van las votaciones para escoger el mejor libro de poemas de 2010. Me he dado cuenta de que –de esa primera nómina– sólo había subido hasta ahora la reseña de Mi vida social, de Justo Navarro. Os recuerdo la entrada.

Por esa razón hoy quiero enlazar el texto que escribí para La estafeta del viento sobre otro de los libros que, con justicia, está en la lista: Abierto, de Juan Marqués.

Para leer mi reseña tan sólo tienes que hacer click aquí.

lunes, 20 de junio de 2011

El mejor libro de poemas de 2010

Hace poco más de una semana, os propuse que escogiéramos el mejor libro de poemas de 2010. O, para ser más exactos, el mejor de entre los publicados el pasado año que no fuese ni reedición, ni antología o poesía completa, ni traducción... Y ya han empezado a llegar los primeros votos a mi dirección de correo electrónico: josepmrodriguez@hotmail.com.

Lo cierto es que la mitad de Compañeros de viaje (abajo a la derecha) ya han votado. Y también una quincena de poetas (Eloy Sánchez Rosillo, Antonio Lucas, Ignacio Elguero, Juan Manuel Villalba, Lorenzo Oliván...) con los que he ido contactando. Aquí os dejo la lista de libros votados a día de hoy, por orden alfabético:

Abierto, Juan Marqués (Pre-Textos)
Adulto extranjero, Martín López-Vega (DVD ediciones)
Barroco, José Luis Rey (Visor)
La educación física, Pablo Fidalgo Lareo (Pre-Textos)
Mi vida social, Justo Navarro (Pre-Textos)
Nombres del árbol, Antonio Moreno (Tusquets)
Piedras al agua, Antonio Cabrera (Tusquets)
Seguir un buzón, Virginia Aguilar (Renacimiento)
Temperatura voz, Mariano Peyrou (Pre-Textos)
Temporada de fresas, Pilar Pardo (Isla de Siltolá)
Un huésped panorámico, Andrés Navarro (DVD ediciones)

Todo está muy reñido. Y eso me gusta, porque es un síntoma de pluralidad, de amplitud de miras. Aunque al final, como en aquella película de los años ochenta, sólo pueda quedar uno.

domingo, 19 de junio de 2011

Alfonso Orantes († 19 de junio de 1985)

Pequeño monstruo

Pequeño monstruo. Del placer la gruta
íntima. Ventanal del cielo. Foso
revelador de infierno milagroso.
Isla, molusco, monte, flor y fruta.

Perdido ya el Edén, mínima ruta
para su hallazgo. Surco misterioso
de recuerdo y olvido. Sello venturoso
de semilla que en gloria se trasmuta.

Raro designio del deleite quiso
mostrarse en tal prodigio débil, fuerte
y al anunciar tu signo el Paraíso

–manzana del pecado ahí escondida–
revelará en su umbral cómo es la muerte
y qué estrecha es la puerta de la vida.

sábado, 18 de junio de 2011

Distancia

Miro mis pies
desnudos
y pienso en todo aquello
que los pasos no abarcan.

La distancia mayor entre dos puntos
es también la más corta:
la coincidencia exacta,
yo.

Miro mis pies,
desnudos como el tiempo que persiguen.

(Frío, Pre-Textos, Valencia, 2002)

jueves, 16 de junio de 2011

Lorenzo Oliván

Lunas negras de jazz

a Celina, Pere Rovira, Pere Pena, Lorenzo Plana, Txema Martínez, Josep 
Maria Nogueras y Josep M. Rodríguez: giraréis en mis noches.

Extraías de un trozo de papel
negras lunas brillantes que buscaban
su eje de rotación, para arañar
su son de esferas planas, pitagóricas.

Aquel círculo hipnótico
abría un blando pozo hecho temblor:
un deslizante pasadizo al mito.

En el surco, un galope
de trompetas de piedra, saxos ebrios
devorando serpientes, contrabajo
subidos por las lianas de los árboles,
pianos deshaciéndose en la lluvia.

Ondeaba una voz
con su seda manchada
como bandera que en el viento crece.
O bien, sonaba rota, aguardientosa,
exhibiendo, sangrante, sus jirones.

Lo negro crepitaba
en la más alta hoguera y, con lo negro,
también tu juventud, tu dicha triste.

Aunque os invada el polvo y seáis polvo,
aunque hagan trizas vuestra luna en sombras,
aunque os nieguen espacio en que rotar,
giraréis en mis noches, viejos discos,
marea enfebrecida en que lo oscuro
y misterioso de la vida ardía.

( De Libro de los elementos, Visor, Madrid, 2004)

miércoles, 15 de junio de 2011

Entrevista

La entrevista es de cuando fui a recoger el Premio Emilio Alarcos a Oviedo. Se publicó en el diario El comercio.

Para leerla, haz click aquí.

martes, 14 de junio de 2011

Giacomo Leopardi († 14 de junio de 1837)

A sí mismo

Ahora descansarás por siempre,
mi cansado corazón. Murió el postrer engaño
que eterno yo creí. Murió. Bien siento
en nosotros de los amados engaños
no sólo la esperanza sino el deseo extinto.
Reposa para siempre. Bastante
has palpitado. No valen cosa alguna
tus impulsos, ni es digna de suspiros
la tierra. Amargura y hastío
es la vida, no otra cosa; y fango es el mundo.
Tranquilízate. Desespera
por última vez. El hado a los humanos
sólo les dio el morir. Despréciate ya a ti
y a la naturaleza, y el indigno
poder que, oculto, impera sobre el mal común,
y la infinita vanidad de todo.

(trad. de Antonio Colinas, en 
Cantos. Pensamientos, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2006)

lunes, 13 de junio de 2011

Eugénio de Andrade († 13 de junio de 2005)

Urgentemente

Es urgente el amor.
Es urgente un barco en el mar.

Es urgente destruir ciertas palabras,
odio, abandono, crueldad,
algunos lamentos,
todas las espadas.

Es urgente inventar alegría,
multiplicar los besos, los campos de cereales,
y urgente descubrir rosas y ríos
y las mañanas claras.

Cae el silencio en los hombros y la luz
impura, hasta que duele.
Es urgente el amor, es urgente
permanecer.

                                                                (trad. Josep M. Rodríguez)

domingo, 12 de junio de 2011

El mejor libro de poemas de 2010

Veinte compañeros de viaje. Así que lo primero es lo primero. Gracias a:

Almo González
AnaT
Carlo Carlucci
EvaPam
Fran
Jose
Juan Carlos Aguirre A.
natacha siroco
Tío Ethan
triu
tvcarmen2005
Xavier Castan

Los nombres en rojo están enlazados con sus respectivos blogs (si me he dejado alguno, por favor, avisadme: josepmrodriguez@hotmail.com, así también podré echarle yo un ojo). Hace ya unos días que llevo dándole vueltas a cómo agradecer vuestra confianza. No quería colgar otro poema, igual que cuando llegamos a diez. En parte por eso he estado leyendo esta semana sobre blogs. Aprendiendo cosas. Entre ellas, que si titulas una entrada Las fotos robadas de Scarlett Johansson o Jessica Alba desnuda tu número de visitas se multiplica. 

Bromas aparte, cuando cambié el título del gadget por “Compañeros de viaje” (no me gusta lo de “Seguidores”) era también una declaración de intenciones: convertir el blog en un lugar de encuentro. Pues bien, allá va. Desde siempre me han gustado las listas. Y he pensado que estaría bien hacer una. O mejor, escoger un libro de poemas publicado en 2010. ¿Cómo? Ya he empezado a contactar con algunos poetas para preguntarles qué obra del pasado año les gustó más. Quiero llegar a cincuenta. El voto es anónimo, aunque colgaré el nombre de los autores a los que he preguntado. A esos votos sumaré el de los compañeros de viaje que queráis jugar: enviadme un correo a la dirección de arriba. Se trata de escoger el mejor libro de poemas, original (no reediciones, ni traducción, ni antología, ni nada por el estilo) y publicado en España en 2010.

Espero que os guste la idea y os animéis.

sábado, 11 de junio de 2011

Juan José Saer

Hoy se cumplen seis años de la muerte de Juan José Saer. En París. Un cáncer. Aunque por entonces yo no sabía quién era. Reconozco que lo descubrí en 2008, cuando la editorial Visor publicó El arte de narrar. Desde entonces se ha convertido en una lectura recurrente, no sólo este libro, sino otros que el tiempo ha ido dejando en mis manos. Vuelvo a aquel primer volumen para buscar un poema que, aunque quizá no sea mi preferido, es el que me apetece colgar hoy.

      Para cantar

      La tarde está limpia como una hoja vacía.
      A veces, como una mano que escribe, la borronea el viento.
      La carcome, como a una esperanza que se enfría
      por ráfagas de remordimiento.
      Tarde carcomida de octubre, desaforada luz del día.
      No tengo paz y estoy contento.

viernes, 10 de junio de 2011

Estancia japonesa / Stanza giapponese

( Junichirō Tanizaki)

En mitad de la noche,
parpadea un vela.

Mi corazón,
el viento.
                    (Raíz, Visor, Madrid, 2008)

                                                 Nel mezzo della notte,
                                                 sbatte una vela.

                                                 Il mio cuore,
                                                 il vento.
(trad. Monika Izabela Jaworska)

jueves, 9 de junio de 2011

"Raíz", reseña del escritor Ricardo Virtanen

Un poeta creacionista

Quizá llame la atención en exceso el título de este trabajo. Y con ello, que conste, soy consciente de que entre aquel movimiento adoctrinado por Vicente Huidobro en los primeros años diez, y después consolidado en España por Gerardo Diego y Juan Larrea, y J.M.R., perteneciente a la última promoción de poetas españoles acaso ya la penúltima, debe transitar un abismo poético e ideológico. Josep M. Rodríguez, en efecto, nacido en Súria (Barcelona) en 1976, pertenece a una promoción de poetas, nacidos entre 1969 y 1980, en los que se observa una asimilación novísima de la imagen en el poema ―creacionista, sin duda, así como el predominio de un discurso fragmentado, elíptico, esencialista (otros serían Carlos Pardo o Fruela Fernández).

Raíz es su último trabajo, tras Las deudas del viajero (1998), Frío (2002) y La caja negra (2004). Asimismo, y este dato no es baladí, es autor del ensayo Hana o la flor de cerezo (2007), de la antología de haikus Alfileres (2004) y traductor del gran Issa Kobayashi. Y lo digo porque su autor es un consumado especialista en poesía oriental, lo cual queda reflejado, no en la consecución de haikus y tankas en sus poemas (quizá hubiera sido lo más cómodo), sino en la influencia de lo oriental como vía expresa para la connotación poemática, la esencialidad, la sugerencia y lo misterioso (“Sólo tengo interés por el instante”). A lo más entrevemos un final casi haiku en su poema “Teru Miyamoto”, texto de 14 versos que acaba:

                      Todo es parte de todo:
                      Cae otra hoja,
                                         y se detiene el mundo.

Otro poema, “Postal de invierno”, se asemeja a una tanka.

Mientras, “Estancia japonesa” es casi tanka de cuatro versos:

                      En mitad de la noche,
                      parpadea una vela.

                     Mi corazón,
                     el viento.

Rodríguez despliega una poesía que busca, como la oriental, la condensación y la brevedad como formas poéticas, tal y como leemos en un poema de estirpe generacional, “Ecuación”:

                    Caminamos.
                    Somos como los radios de una rueda.
                   Estamos juntos,
                   la realidad se mueve gracias a nosotros.
                      
Raíz (también La caja negra) nos remite a un libro de estirpe episódico, referencial y diarístico, no anecdótico y descriptivo (lo que finalmente le diferenciaría del credo huidobriano). Dividido en cuatro partes, auspiciadas por citas que introducen temáticamente los poemas, predomina la poética de un yo activo, fragmentada e iluminadora. Una conciencia esencialista y simbólica que ahonda en la cotidianidad sin referirla, como bien expone su poema “Erosión”, con cierta mirada elegíaca:

                   Yo también
                   he aprendido a escribir para abreviar el tiempo,

aunque ese “interés por el instante”, le aleje de ello: “por eso me he negado a la elegía”. Poesía, cómo no, en la que abunda la elipsis como procedimiento poético (pienso en “Silencio”), y el poema fragmentado en retales que conforma una escena cotidiana, donde cabe la simbología: “debo cambiar la hiedra por la roca”, y sobre todo el imaginismo, que suele entreabrir los poemas: “el final de la tarde es un limón con moho”, “un mar de grasa líquida”, “abro el paraguas / y es un sol oscuro” o “el sol es un coágulo de sangre”. A veces, incluso, se aproxima a la greguería: “La noche sin estrellas sólo es párpado”.

La mirada de un yo activo pues es la base de los poemas (“la poesía que me interesa habla de mí”, dirá en una poética). La consecución de un poema dinámico lo observamos en “Atentado”, donde predomina una poesía verbal: “apago”, “miro”, “vuelvo”. Fragmentación, esencialidad y elipsis conforman una nueva manera de mirar en el poema, con uso de la enumeración, lo que le acerca más a un cuadro impresionista que a una fotografía: “este poema / no es más que la corteza de lo que está pasando”.

En este sentido diremos que una cartografía de lo esencial divaga en los textos, los cuales, como arrancados del pensamiento, conforman escenas fragmentadas conducidas por verbos de acción que activan el poema. En Raíz, el poeta trata de hilvanar tanto aspectos biográficos como estéticos. Buscan la raíz, el fondo, el equilibrio entre tradición y novedad a la hora de señalar una búsqueda, la cual es casi encuentro generacional: “desierto adentro, / construir un faro”. Raíz por indagar profundamente en su interioridad, en la esencia de sus actos, de su presente y pasado: “somos raíz hundiéndose en la tierra”. El libro por ello acabará con estos versos: “La emoción necesita de un proceso. / No olvides los anillos de los árboles”. Todo apunta hacia un centro motor de búsqueda y reencuentro: “vivir la vida en círculos crecientes / que nazcan y se extiendan desde mí”. Raíz es epifanía del centro y sus extremos. También profundidad, y cómo no, estética.

Josep M. Rodríguez se concreta en uno de los máximos exponentes de la poesía que llega con el nuevo siglo, un poeta creacionista del siglo XXI que echa raíces con un libro que es la culminación de un proceso poético muy elaborado. Raíz, un libro que ofrece sin ambages la confirmación de una voz que se suma con voluntad de cambio a los senderos e iluminaciones de las poéticas recientes.

En Fragmenta, núm. 1 (septiembre, 2010), pp. 325-327.

miércoles, 8 de junio de 2011

Antonio Cabrera

Páramos altos
                                         a Txema Martínez y Josep M. Rodríguez

Altos son estos páramos que cruzo,
país de la intemperie. Las sabinas,
con un pétreo porqué,
han tejido sus ramas geológicas
en conos de esmeralda que el aire ensucia y seca.
La calima me roba el horizonte,
encierra el llano abierto en la interrogación.
¿Son así, retraídos, estos árboles?
¿Es polvoriento el cardo? ¿No es de un lila inocente?
¿Es tan moroso el vuelo de las águilas? ¿No concluye?
¿Se ha apagado el charol de las cornejas?
Siempre hay calima. Siempre estamos
en la proximidad más engañosa.
Estamos lejos aunque cerca estemos.
Qué pobre mineral, qué poso tan estéril
hay en lo comprendido.
Existe un sitio adonde escapa todo.

                                                         (De Con el aire, Visor, Madrid, 2004)

martes, 7 de junio de 2011

Josep Maria Nogueras

Matmata
                                                                      a Josep M. Rodríguez

Supo que estaban cerca del desierto.

Acarició la tierra agradeciendo
la tregua que el consuelo le ofrecía
con la contemplación de aquel paisaje
escarpado y secreto.

Entregó sus pupilas al misterio de aquellas
viviendas excavadas en la roca,
a la firme mudez de las mujeres
que molían el trigo en su interior
a salvo de los vientos,
al niño que aguardaba
el gastado fulgor de una moneda.

Y le entregó un fragmento de su alma
a ese paraje, lejos de su hogar.

Más tarde retomaron su camino.
Matmata quedó atrás.

Supo que estaban cerca del desierto.

(De El tiempo de los árboles, Pre-Textos, Valencia, 2004)