jueves, 22 de marzo de 2012

Contracubierta de "Arquitectura yo"

Josep M. Rodríguez es un poeta "absolutamente moderno", pero también muy atento desde sus inicios a la tradición (y al decir tradición me refiero a todo lo que ha llovido desde los chinos y los japoneses, los griegos y los romanos -y algunos otros- hasta hoy, pues la poesía es sólo una y no admite disecciones ni apartijos). La sintonía que muestra con la poesía de su momento y con la de todos los tiempos nos lleva a acercarnos a este poeta aún joven sin temor, con la certeza de que estamos ante alguien nuevo con garantía de autenticidad. A ella nos fue acostumbrando en sus espléndidos libros primeros, y asimismo la percibimos en éste, que además de ser un libro hermosísimo es obra ya de madurez. Un hondo lirismo, escueto, elíptico, sin adiposidades, lo recorre de principio a fin. Hay en los poemas emoción soterrada y pudorosa. En la mayor parte de ellos la soledad más absoluta es el abismo en el que se va construyendo la identidad de quien habla; en otras composiciones el amor, desde un "nosotros", sueña el mundo; y en los poemas de la sección final la muerte rubrica cada verso con el trazo de su enigma. Un libro que viene para quedarse.

ELOY SÁNCHEZ ROSILLO

1 comentario:

  1. Josep M. Rodríguez y absolutamente moderno es una tautología, pero está bien mostrar las obviedades para que no se nos olviden.

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