Espinas cuando nieva
En el huerto de Fray Luis
Suéñame suéñame aprisa estrella de tierra
cultivada por mis párpados cógeme por mis asas de sombra
alócame de alas de mármol ardiendo estrella estrella entre mis cenizas
Poder poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatua
de una tarde de sol los gestos a flor de agua
los ojos a flor de invierno
Tú que en la alcoba del viento estás velando
la inocencia de depender de la hermosura volandera
que se traiciona en el ardor con que las hojas vuelven hacia el pecho más débil
Tú que asumes luz y abismo al borde de esta carne
que cae hasta mis pies con una viveza herida
Tú que en selvas de error andas perdida
Súpón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha
Un poema magistral de un autor que no conocía, buscaré más cosas de él, gracias por el aporte.
ResponderEliminarEs extraño al leerlo sentí que eras tú quien lo decía, como si lo leyeras tú en voz alta, o saliera de tí.
Un saludo.