En la noche que hizo de puente entre el uno y el dos de junio de 1970 fallecía, en Milán, Giuseppe Ungaretti. Es uno de mis poetas de cabecera –ya en La caja negra publiqué un particular homenaje, que titulé “Variación Ungaretti”–. Sin duda un maestro de la economía verbal y la capacidad de sugerencia. Dos características que hacen realmente difícil trasladar la textura de sus poemas de una lengua a otra. Me remito a los conocidos versos de “Mattina”, tan fáciles de entender para un hablante español y, a la vez, tan difíciles de traducir, de provocar con la traducción el mismo efecto que nos produce leerlos en italiano: “M'illumino / d'immenso”.
Y aún así me he atrevido a traducir uno de sus poemas:
Y aún así me he atrevido a traducir uno de sus poemas:
Mi casa
Sorpresa
después de tanto
de un amor
Creía haberlo derramado
por el mundo
Gracias por la traducción y por compartir esta inmensa joya.
ResponderEliminarUn saludo.
Acabo de cambiar mi traducción de la palabra "sparpagliato": en lugar del inicial "esparcido" (más literal), ahora me decanto por "derramado", quizá más sugerente...
ResponderEliminar¿No os parece?
Y gracias por tu generoso comentario, Sudeste.
Dios, qué bonito!!!!!!
ResponderEliminarGracias.
...como aquel que por hambre/ vuelca el plato de sopa.
AnaT
:)