Hoy se cumplen seis años de la muerte de Juan José Saer. En París. Un cáncer. Aunque por entonces yo no sabía quién era. Reconozco que lo descubrí en 2008, cuando la editorial Visor publicó El arte de narrar. Desde entonces se ha convertido en una lectura recurrente, no sólo este libro, sino otros que el tiempo ha ido dejando en mis manos. Vuelvo a aquel primer volumen para buscar un poema que, aunque quizá no sea mi preferido, es el que me apetece colgar hoy.
Para cantar
La tarde está limpia como una hoja vacía.
A veces, como una mano que escribe, la borronea el viento.
La carcome, como a una esperanza que se enfría
por ráfagas de remordimiento.
Tarde carcomida de octubre, desaforada luz del día.
No tengo paz y estoy contento.
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