Yo, como tú,
amo el amor, la vida, el dulce encanto
de las cosas, el paisaje
celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan, de todos,
y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
Según otras versiones de este mismo poema, el último verso sería “La poesía es de todos”. Supongo que estas pequeñas divergencias se deben a que, además de escritor, Roque Dalton fue también guerrillero –lo que provocó que sus textos estuvieran prohibidos o fuesen difíciles de encontrar–. Fue asesinado el 10 de mayo de 1975 por sus propios camaradas del Ejército Revolucionario del Pueblo.
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